Centrífugas

Las centrífugas son máquinas dedicadas a la deshidratación continua de los lodos mediante el proceso de centrifugado, un proceso físico que aplica la fuerza inducida por la velocidad de rotación de una estructura cilíndrica en el lodo contenido en la misma con el fin de separar la fase sólida de la líquida gracias a la diferente densidad de las dos fases. El decantador centrífugo consta de un tambor giratorio de eje horizontal en cuyo interior hay un tornillo de Arquímedes que gira con velocidad diferencial respecto al tambor mismo. El lodo, mediante una bomba con tornillo único y habiendo añadido previamente polielectrolito adecuado, se alimenta dentro del decantador, donde, con la ayuda de una aceleración muy elevada (más de 3000 G), se produce la separación del agua de las partes sólidas. A través de aperturas de desplome regulables, en la parte posterior del cilindro se descargan las aguas aclaradas (centrado), separadas de los sólidos. La entrada del lodo se produce por el mismo lado de descarga que el centrado; el sólido separado, gracias a la velocidad diferencial del tornillo de Arquímedes interno, se transporta hacia el punto de descarga en el lado contrario. Respecto a la prensa de tornillo, la centrifugadora, aun estando sujeta a mayores gastos de mantenimiento, puede alcanzar rendimientos superiores, sobre todo para lodos fácilmente deshidratables y la presencia de compuestos abrasivos. Normalmente se aplica a lodos de depuración biológica.